domingo, 28 de octubre de 2012

Emigración transitoria

 
“Hoy voy a ser,
hoy quiero ser,
todo queda atrás.
No os preocupéis por mí,
hoy me marcho a otro lugar
a mil años luz
de esta estúpida ciudad.
Lo dejo todo atrás,
Hasta mi soledad.”

                        No way out

 

 

 

 

Dejo descansar el teclado del que fue el vecino de al lado y en el fondo sé que me acabará agradeciendo no tener que volver a darme los carácteres esperados que nunca llegaron ni las que se convirtieron con los años en un amargor en mi vesícula biliar de buenas noches.


Me largo.


Desaparezco entre cuatro y cuatro mil días de mi vida y de las vidas del resto resultante de las sumas contrahechas y las multiplicaciones divididas por el común divisor. Me esfumo del escenario de la rutina para acabar quién sabe dónde, dando explicaciones ,(o no), de porqué las nutriciones y las desnutriciones son importantes en estos tiempos que corren. A quién coño le importará realmente que relevancia impensable tiene el dichoso índice cuando nos encontramos en la cuerda de los funambulistas  intentando no resbalar o caer.


Aún así …Me largo.


Necesito poner rumbo en mi brújula a otra parte, porque me lo pide el cuerpo, el alma y los tres empastes que rellenan mis molares. Porque estoy agotada del no se qué, zozobrada del no se cómo y apesadumbrada del no se cuánto. Porque es una discordancia del absurdo ahogarse en mis aguas. Porque no tengo ni siento las ganas de ponerme las botas para recorrer caminos sino la necesidad de no pedir  más razonamientos ni declaraciones.


Me ausento de mi anémona con pretensiones de vuelta.



                                                                                            8 Junio 2012

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