miércoles, 24 de octubre de 2012

Está pasando Febrero


“Treinta y un días se asignan a enero · Como a los meses marzo y mayo · Julio y agosto dicen yo concuerdo · Octubre y diciembre: no desmayo · Abril y junio: en treinta me quedo · El nueve y el once: aquí me hallo · ¡Falto yo! Exclama el más pequeño · Singular por ello, el móvil febrero · De sólo veintiocho es mi empeño · Pero si el entusiasmo me mueve · El bisiesto me otorga veintinueve · Para próximos adelantos evitar · Tres finiseculares exceptos son · A los 1700, 1800 y 1900 imitar · Y por milenios resuelto es el don · Gran y polémica excepción afea · Que cada cuarto año finisecular · Aceptar que bisiesto éste sea · Fácil la norma resulta, en particular · División exacta entre cuatrocientos · De tales periodos es la tarea.”

                                                                                                         Francisco Valdez Mendoza












Está terminando de nuevo el mes más corto del año. Este año se nos ha alargado un poquito para dejarnos veinticuatro horas más de supervivencia en este tiempo que va pasando, a la par que arrasando multitud de lugares, hogares y seres unas veces humanos y otras no tanto.


Mes que se adentra para dar paso al mes de las aguas, de mis aguas, el mes venidero de mis días con su primer solsticio del año. Mes arduo y desagradable para los seres de tierra y fuego. Termina el mes de éste año bisiesto, mientras voy estando en mi salsa a la par que otros se fríen o se asan, dependiendo de la forma que se elige a la hora de cocinar.


Veinticuatro horas para girar de nuevo mi reloj de arena sumergido en mi mar, para coger mi recuperada brújula entre mis dedos y señalar como hicieron en su día mis antecesores, hacía el Sur.


Me siento a observar como va creciendo esa Luna invertida mientras va pasando Febrero.

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