domingo, 28 de octubre de 2012

Imprevistos de tiempo

¡Y si dijeran que soy como devastado crepúsculo
donde ya las tristezas se durmieron!
Sencillo espejo donde recojo el mundo.
Donde enternezco soledades con mi mano feliz.
Han llegado mis puertos idos tras de los barcos
como queriendo huir de su nostalgia.
Han vuelto a mi destello las lunas apagadas
que dejé con mi nombre vociferando duelos
hasta que fueran mías todas las sombras mudas.
                                                                                                                           Julia De Burgos

 

 

 

 

 

 

 



El interior de mis entrañas tuvo a bien engancharse hace unos días en un no sé qué y un no sé cómo y, cuyo resultado no es más que el sangrado que recorre veloz mi pierna abajo hasta llegar a mi aleta para hacerse notar. Siento en mí un malestar que no es bien recibido. Igual que si un extraño se hubiese aposentado en el lugar no correcto y sólo su presencia molesta, pues exactamente igual. Sensación de que algo falla en mi motor principal que acaba provocando la naúsea y la desgana matinal.


 Preguntas mediatas e inmediatas que pasean a trillones de segundos por mi cabeza sin encontrar respuesta o solución a tal avalancha. Efervescencia de luchar en la batalla que venga, pues acaba siempre saliendo de mí ese guerrero que afrenta y afronta lo que amenaza aún sin haber llegado y sin estar en ninguna guerra real.


 Presentimiento de que todo está en su sitio, pero algo ha cambiado de lugar.

 

                                                                                            2 Julio 2012

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