domingo, 28 de octubre de 2012

Protocolo de hipotermia

 

Descongélate
Cambia de estación
No acabará el invierno en tu corazón
Desengáñate
Ya no sé quién soy
Pues he pasado de ser mala a ser peor
 
                                                               
                                                                Alaska

 

 

 

A pesar de la estación en la que estamos, a pesar que no llueve hace muchos días y el sol calienta sin piedad, las aguas de mi mar están frías. En los aposentos de mi anémona ha ido descendiendo la temperatura a la par que lo ha ido haciendo en mi interior. Mi sistema circulatorio se ha ido adaptando a la temperatura ambiental ( que no normal) y se resiente. En mi piel comienzan a despertar indicios de lo que es vulgarmente conocido por «piel de gallina», poco a poco se van erizando los poros. Las escamas no brillan igual, empiezan a tener ese tono peculiar escarchado.

 Empiezo a enfriarme por fuera y por dentro en estos momentos tan desiguales. Mi corazón sigue latiendo a pesar de estar a menos de treinta y cinco con seis grados y mi cerebro gracias a dicha hipotermia conserva intactas todas las funciones neuronales y la cajita de los recuerdos. Me hallo sumergida entre un no quiero y no puedo. Esperando las horas exactas que necesita este protocolo de hipotermia para empezar a ser calentada de nuevo.

 Anhelando los alientos

Enfriándome.

 

                                                                                             17 Julio 2012

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