jueves, 25 de octubre de 2012

Quebranto del Cuatro

 

 

Uno, dos y tres. Cuatro va después
cuando se duplica soy yo,
cuando se divide los dos,
colgando quedan de una patita
los cuatros que unidos
invencibles son”

 

 

 

 

 

 

 

 

El otro día se partió por la mitad el ocho, y un cuatro regaló al otro su horóscopo personal.

 

Se acerca una tempestad decía, mientras el cuatro sonreía, horas más tarde llegaba aquel temporal.

Azote de rayos y truenos, sobre la piel del cuatro cayeron, lastimando sin dilación su trastocado corazón.

Con ferocidad impune, trocado quedó de nuevo su sistema inmune, aflorando las llagas de la sinrazón.

Quedó recogiéndose los pedazos, cuando de forma inesperada su pata quedó quebrada por un radical portazo.

Se dobló y se replegó hasta que sus patas quedaron unidas, un ocho de nuevo formó para enfrentarse a la vida.

Escamas de nuevo salieron sobre la piel preexistente, para rodear con dureza aquel cuerpo inconsistente.

Volvió de nuevo a su mar con su brújula a estribor, para intentar orientar el rumbo de su timón.

Y de nuevo comprobó que las sirenas no tienen rescate, que quién lo intenta fracasa y quien lo afirma no dice más que disparates.

Navegando singladura al Punto Nemo.

 

                                                                                    2 Abril 2012

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