domingo, 28 de octubre de 2012

Revueltos incomprendidos






“Con la nariz entre tus ojos
y entre un pulmón y otro pulmón
el corazón y los congojos
todos en reunión.
Con tus orejas en las manos
voy ensenandole a Van Gogh
como mejora el resultado
cuando lo hacen dos.”

                                                     Mecano











Se mezclan mis higadillos con los entresijos y
arrastran parte de la vesícula biliar, creando a su paso tal destrozo y desequilibrio, un atolladero de casquería ( para nada casquivana), cada vez que atraviesa el umbral de mi tímpano frases que apuntan maneras que no han existido en mis hechos habituales.


 Si en este momento dispusiera en su lugar, de un par de huevos, los echaría sin el menor aprecio al revuelto singular para hacer un sofrito, dando vueltas sin parar a fuego lento hasta lograr que la mezcla acabase desapareciendo por completo del lugar. Como no dispongo actualmente de ellos, en su lugar provoco el disparo de la bilis de forma horizontal para no dejar ni rastro del anterior invento.


 Se resiente mi estómago por ello, la acidez acaba desembocando en mi garganta con ese sabor característico a hiperclorito que acaba erizando cada poro de mi piel provocándome el frío y éste a su vez, congelando el corazón.
 Qué pena cuando la incomprensión juega a ser la enemiga de una misma.

                                                                                                                      14 Octubre 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario