domingo, 29 de diciembre de 2013

Abierto....a medias



A las puertas del  nuevo año, se abre de nuevo el cuaderno que hace un mes y unos días cerraba por descanso. Tras una baja sin reposo ni descanso y unos días seguidos de sus noches tan arduos como infernales, he conseguido encontrar por fin algo de paz a mis aposentos, aunque eso sí, sólo a medias. Porque un sí de forma tajante no acabará siendo nunca condescendiente con una servidora. Para curarme en salud y no caer en tentaciones no codiciadas, prefiero un sí pero no. Que al final el tiempo, acaba haciendo, que las buenas maneras y las triquiñuelas se adquieran y no se dejen ir.

Me deleito entre el frío que azota mis aguas, las felicitaciones de las fechas pasadas y venideras y los besos que a veces se quedan a medio dar o que se dan hasta detectar la fibrilación alveolar intermitente que anuncia la falta de aire cuando se está tanto tiempo bajo el agua. Cubro mi desnudo cuerpo con una cálida manta y espero al otro lado de la puerta para ver si alguien decide intentar abrirla de par en par.

De un modo otro, se abre de nuevo este cuaderno tan mío como vuestro. Se abre a medias los periplos y las fantasías de la que aquí suscribe.
Espero sea éste, un año un poco mejor para tod@s.
Espero sigan disfrutando entre mi mar y mis botas.
Les espero con la puerta medio abierta, tan sólo es necesario empujar para entrar y sentirse bienvenid@s.

Besos y Buenos deseos desde mi anémona.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Infección en el alma




"..Perder la mirada, distraídamente, 
perderla y que nunca la vuelva a encontrar: 
y, figura erguida, entre cielo y playa, 
sentirme el olvido perenne del mar..."

                            Alfonsina Storni









A la bajada de defensas que tuvo a bien experimentar mi sistema inmunitario aquella mañana, se sumó  la picadura que propinó el escorpión. Me hallaba tan tullida y tocada, que no supe ni pude evitar aquella estocada. Desprendió de mi cuerpo varias escamas y mi garganta emitió un quejido grave al experimentar aquel injusto e intenso dolor.

Maltrecha a la par de la garganta que del corazón, navegué como pude dejándome arrastrar por las olas hasta los brazos, (no muy agradables) de mi doctor. Cuando me encontré ante la gran puerta de entrada, volvieron a mí esos sentimientos encontrados que se me agolpan cuando me acerco a este lugar tan querido como odiado.

Recuerdo el calor de mis pacientes a pesar de sus impaciencias, sus confidencias y su confianza. Recuerdo el olor del café de la mañana que se mezclaba con el olor a desinfectante. Recuerdo las quedadas a escondidas para confesarnos entre amigas, las fechorías propias y restantes. Las salidas imprevistas con pincho de tortilla y  Coca-Cola incluidos. La sala de los momentos mágicos que a día de hoy, sigue conservando su número veinte...

Tanta emoción me abruma y ablanda el cuerpo. Mi doctor me dice que tengo una infección en el alma y que la solución a la situación, no requiere tan sólo de antibioterapia sino, de buscar el camino adecuado y me prohibe terminantemente dejarme arrastrar por el oleaje ni siquiera para la vuelta a mi anémona.

Mientras me encarrilo hacia éste, quedo en baja temporal . Un buen caldito de algas y unos sorbitos de absenta de tiburón harán que se calme mi cuerpo. Un reposo relativo del pensamiento, hará que mi alma, quede por fin en paz. 
Cierro unos días por descanso infecto-sentimental

miércoles, 16 de octubre de 2013

Y Septiembre se fue...




"Entre un té caliente y mi cama
andas tú.
Entre el abrigo de mis pìes 
y la vestimenta de mi alma.
Entre la niebla nocturna y 
el rocío de la mañana,
Entre mi mar y mi alma,
andas tú".

                     Ana I. Nogales










Y se fue, mucho antes de lo que yo esperaba, mucho antes de lo que yo pedía. Septiembre abrió sus alas de par en par y voló de nuestras vidas y, las dudas y los sinsabores se fueron tras él.
Me permitió el lujo de adentrarme en Octubre con un respiro entre mis zuecos y mis letras. Pude volver a respirar, esta vez de forma pausada y calma, mi mar, Mediterráneo sin duda. Mis aguas, calmas cuando estoy tranquila y bravías cuando estoy en posición inversa. Conversar con mis congéneres desde mi pensamiento y poner un poco más en orden el discurrir de los días.

Las risas, las confidencias, el buen humor y la armonía se hicieron sentir entre la novedad y lo cotidiano de nuestras vidas.

Pasamos de mediados de Octubre sin haberme dado a penas cuenta del tiempo. Me quedo con ganas de más agua en mi alma y más sal en mi cuerpo. “Volveré” me digo y me repito, ansiando el llegado momento.

Mientras tanto, disfruto de lo que queda de éste Octubre antes que el maldito jet-lag me asalte y me desentone el ritmo. Sumerjo mis pies en los calcetines de lana mientras saboreo un rico té al calor de éste Otoño.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Cuando pase Septiembre....





"Here comes the rain again 
falling from the stars 
drenched in my pain again 
becoming who we are 

as my memory rests 
but never forgets what I lost 
wake me up when september ends" 

                          Green Day








Dormiría, dormiría si pudiera como una marmota, aprovechando que acaba de empezar el Otoño. Me saltaría de un plumazo, sumida en los brazos de Morfeo el invierno y, comenzaría a despertar cuando los primeros rayos de sol anunciasen entrando por la claraboya de mi anémona, que la primavera ha llegado. Volverían los alegres días, el caluroso verano, las ganas, el buen humor, los chapuzones de mar en mar, las cenas a la luz de luna…..Un marco incomparable y difícil de superar.

Aborrezco los días sin luz, las noches eternas y negras, el frio que cala en mis escamas y en las aguas de mi mar, el mal humor generalizado de los días grises en las caras de los demás, la cuenta atrás eterna de los días….Si a esto se le añade un aderezo de mal gusto en el paladar, el resultado final es bastante nefasto. Y, una que ya tiene mucho recorrido, se cansa de agacharse para atarse bien los zapatos después de cada caída. La solución es retirarlos de los pies y rezar que vuelva el calor para caminar descalza y sin miedo a tropezar.

Mientras paladeo mi té mañanero, haré voto de raciocinio y tomaré la decisión de llamar, o no, a Morfeo. Si al final la concesión del gran Dios sólo pudiese ser por un espacio breve de tiempo, lo tengo claro;

“Wake me up  when September ends”


viernes, 20 de septiembre de 2013

Entre un sí y un no





" El que guarda tu recuerdo
como un regalo de Dios,
en el libro de los sueños
entre un hola y un adiós

                  
                           J. M. Serrat






El espacio existente entre nosotros, debería ser como dijo Newton, absoluto y relativo puesto que, existe independientemente de nosotros. A pesar de ello me quedo con mi querido Einstein al afirmar que no hay nada absolutamente invariable, no hay ninguna sustancia absoluta, y en general, no hay nada absoluto.

En el espacio que queda entre un hola y un adiós, afinó mejor que cualquier físico,  Serrat el cantautor. 

El espacio que queda entre un sí y un no, no queda definido en ningún campo de la física, la filosofía o cualquier ciencia, infusa o no. Queda una brecha que se abre a la par que se abren las heridas cuando se hurga en su interior. Queda una cuerda que de repente te hace sentir el funambulista elegido para luchar, hacía qué lado de los dos se inclinará la balanza, mientras gotas de sudores caen intentando resistir y atravesar el cordón maldito. Quedan las fuerzas a las que agarrarnos para no dejarnos vencer hacía uno u otro lado sin errar, cuando nos preguntamos qué será mejor.

Entre el espacio de un sí y un no quedamos nosotros, sin absolución tras la batalla.  Entre el polo positivo y negativo de una relación.

Eligiendo cada día el camino e intentando, que sea el correcto ante la duda.

Eligiendo-té.



viernes, 13 de septiembre de 2013

Letargo veraniego





Hoy vuelvo a la escritura tras un paréntesis de descanso. Cierto es que tras este letargo al sol, pocas ganas e inspiración corren por mis escamas.  A pesar de todo, la necesidad de aporrear las letras del teclado vuelve a mí.  Así que aquí me siento de nuevo, en mi anémona recalentada por el sol de Septiembre. Sabiendo que es cuestión de tiempo para que vuelvan a aparecer las nieves y las mareas, pero resistiéndome a la idea. Aferrándome al sol que cada vez menos calienta. A los veintipocos-treinta graditos , si llegan, y a ver como los días van haciéndose cada vez más cortos.

Me relamo bebiendo té y pensando que seguiré teniendo vacaciones a “mi modo”, que las disfrutaré como si de veranito se tratase, total, son días de ocio y esos días están para disfrutar.  Hago mientras tanto, cura particular de mi estómago aún convaleciente por los sucesos acontecidos.  Me repito a mí misma que debo tomarme las cosas con calma y evitar los disgustos mezclados con antibioterapia, les aseguro que no hay peor bomba estomacal.  Menos mal que algún iluminado descubrió los bífidus y por aquí ando, dando bocaditos a las algas y los venenosos lácteos.

Voy a ponerme un rato a secar al sol.  Es otra forma diferente de tomar energía  y calentarme  a la vez.
¡ Salud !

martes, 20 de agosto de 2013

Arándanos encapsulados









Dolorimiento de las paredes del término final
Sensación de arrastre y pinchazos de cristal.
Desesperación de probar y no acertar a la primera,
fallar a la segunda y creer en la tercera.

Brutal dosis de antibióticos pendientes de  filtrar,
Letal dosis de antihepáticos  dispuestos para depurar.
Alto grado de esperanza puesta para apostar.
Bajo grado inmunológico para poder rematar.

Busco arándanos por los rincones y las esquinas,
una  sobrecarga que inyectarme de adrenalina
diluida con analgesia que suavice las endorfinas.
Sobredosis química mezclada con vitaminas.

Cansancio, escalofríos, ganas, impulsividad.
Sensaciones dispares que continuamente vienen y van.
Prospectos abiertos y releídos de par en par.

Deseo de sacar la claqueta y poner punto y final.

martes, 13 de agosto de 2013

Las cinco de la tarde

     

   

"A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde..." 


                                F. Lorca









Tras el almuerzo y la toma de omeprazol necesaria para aplacar el ardor que allí habitaba, me puse mi traje de cola, mis escamas y escafandra, y de esa guisa tan peculiar, puse a remojo el cuerpo como si de un cuerpo inerte se tratara.  El agua estaba fresca y alivió al instante el sofocón de la  piel y del alma. La calma reinante en la superficie de mi mar, hacía de bálsamo en mis vías biliares. Habían desaparecido como por arte de magia, la taquipnea y la taquicardia y, las cuerdas vocales habían empezado a recuperar su tono habitual.

        Una vez relajada, decidí sumergirme en las profundidades y bajar a mi anémona.  Sentarme en mi sillón y prepararme una bebida fresquita de tinta de calamar.  La caracola-móvil anunciaba que volvía a estar cargada y con batería suficiente para ser autónoma fuera del mar. Me recosté sobre mi almohada dispuesta a pasar una tarde a ser posible, sin hacer nada, o casi nada.

       El reloj de arena pasaba de las cinco de la tarde cuando la caracola tuvo a bien anunciarme un mensaje que provenía de las charcas.  No estaba muy por la labor de levantarle la tapa de nácar y mirar. Aún así, lo hice.  Levanté,  la caracola encendió su luz y me mostró el texto que allí rubricaba la rana.  Leía la frase que tanto tiempo ha esperaba, la frase tonta de la semana, la frase que hace que todo vuelva a la calma y la calma vuelva a mi mar.  Lo necesitaba leer, escuchar, sentir, saber, ver…..Lo necesitaba.

 Eran las cinco de la tarde cuando mi caracola transportaba  de vuelta las palabras ; “y yo a ti”


lunes, 12 de agosto de 2013

Perseidas gástricas




"..Oh la boca mordida, oh los besados miembros,      
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo      
en que nos anudamos y nos desesperamos.

Y la ternura, leve como el agua y la harina.      
Y la palabra apenas comenzada en los labios.."


                                                 Pablo Neruda








    Y pensé que me entenderías, que comprenderías mis amargas lágrimas rodando sin control ni medida por mis mejillas. La taquipnea provocada por la angustia que asfixia. La gastritis producida tras una sensación “post-morten” de esto, lo nuestro. Me equivocaba. La rabia de ambos por la frustración aparecida, podía con la empatía y con las ganas. Yo con mis malditos resortes que crujen y se disparan cuando menos lo espero, se rompen y estallan en mí como si de fuegos artificiales se tratara. La sensación a pólvora quemada produce un quebranto insoportable de la bilis que acaba saliendo a bocanadas incontrolada y desmedida. Deslenguada. Tú con tus formas de interacciones y relaciones con el mundo por mí en algunos momentos no comprendidas.  Heridas que vuelven a abrirse formando una llaga desmesurada que a simple vista no parece con vistas a cerrarse ni por segundas ni por terceras intenciones.

    Y después llega la calma, la calma externa con la interna intranquilidad de alarma. Tu desconfianza comienza a tejerse hacía mí como lo hace en sentido inverso de mí hacia ti. Sabemos que ya no será lo mismo, que habrá una parte, o dos, o varias de ambos que será guardada en latas despresurizadas que el otro no podrá abrir nunca. Acabará convirtiéndose en la insoportable estancia y anunciará con clarines el amargo final del cuento del pez y la rana.

    Esos fueron mis pensamientos mientras por mis mejillas rodaban a sus anchas mis lágrimas. Eso fue lo que mi cabeza pensó en contarte en aquella breve llamada y la angustia dejó paralizadas a las cuerdas vocales cuando intentaron moverse para contar. Eso fue el inicio de cómo se dejaba ver por el envés la guadaña.  Y este es el principio del inicio o el principio del debacle de los mares y los estanques.

En nuestras manos la cosa anda.

jueves, 8 de agosto de 2013

Alícia cerró la puerta




"Yo solo te pido,
quédate conmigo.
Y cuando te vayas
ciérrame el camino.

Tápame la boca,
ciérrame los ojos
Abrázame sin miedo
y vete: libre y loco."

                          Ailín Guerra




La habitación ciento treinta y siete fue testigo de cómo la sinrazón se apoderó aquella noche de la oscuridad latente, el cielo enmudeció con su luna nueva y las bilis volvieron de nuevo a revolverse tras la picadura del escorpión. Se apagaron las luces interiores y los ojos se abrieron en contraposición como platos mientras la cabeza iba contando entretanto y de forma aproximada y errónea el paso de los minutos, de las horas. Parecía más tarde siendo aún más pronto. Parecía más pronto cuando ya era demasiado tarde. Demasiado tarde para pensar, para dormir, para estar despierto. La mano se deslizaba sola, solicitada por el epigastrio, el cuál calmaba su acedía con el calor de su tacto allí presente. Los ojos buscaban, enfocaban y desenfocaban desenfrenados intentando encontrar algún punto razonable a la vista en aquella negrura que invadía, sin lograr encontrar la referencia deseada,  acudían en su ayuda en vez de unas buenas lentes de visión nocturna, unas enormes lágrimas que emborronaban aún más el asunto. El corazón se desbocaba en taquicardias que iban y venían sorprendiendo a cada galopada.

   Al final llegó el día y con el día llegó el alba. Entraron los primeros rayos de sol por la ventana enmudeciendo los fatigados e hinchados ojos que ya apenas veían.  El corazón había descendido a bradicardia de curva sinusoide y el estómago había encogido hasta alcanzar el tamaño de una avellana. (-Mejor así-  pensé para mis adentros –más fácil será adelgazar). Las prisas acuciaron la recogida y abatida del cuarto antedicho y de aquella guisa y pelaje, abandonaba medio ciega, medio muda, medio rota la medieval estancia. Introduje la llave en la cerradura y el llavero quedó a la vista medio invidente de una servidora. En el lugar que antes llevaba el número, ahora portaba unas letras. Achiné los ojos y comprobé que todas juntas decían….CIÉRRAME.

   Me sentí Alícia abandonando el País de las Maravillas Descorazonadoras.  Así la llave y la giré, dejando allí, todo lo que allí quedaba, entre muchas de las cosas, la ilusión con que giré la llave la primera vez que entré.  Me agaché a recoger lo que quedaba, mi mástil con una claudicante bandera blanca y me fui.


Moraleja de la que aquí suscribe;  Ni siquiera en el País de las Hadas se cumplen los sueños.

miércoles, 31 de julio de 2013

Pasaporte al ocio/vicio



"Digo que soy libre
y no me da miedo
proclamar esa locura entre las luces
simples y ruidosas
de nuevos conversos
propietarios de las más altas virtudes.
Qué puedo hacer
si me duele tanto envejecer."


                                    L..E. Aute








Hoy he recogido la llave que abre la puerta de la “libertad” durante dieciséis días, eso sí, entrecomillada y restringida al término. Ya quisiera para mi unos días de libertinaje, pero el reloj de la vida me recuerda dónde me hallo cada vez que lo pienso y, la ilusión queda ni más ni menos que en eso, en una ilusoria que mi subconsciente se permite liberar en cuanto presiente cerca algo de ocio a mi alrededor. 

A pesar del entrecomillado, lo pienso disfrutar con el grado suficiente y minúsculo de libertinaje que la vida me permita. Por lo pronto, admiro mi brillante y nacarada llave. Ni qué decir tiene, que nada más recibirla y, sin pensármelo dos veces, (aunque así fuese no cambiaría de opinión ni de llave), he abierto la puerta de par en par con giro ajustado y monocromo de vainilla  a la derecha y vuelta de más a la izquierda con policromía de nata y fresa incluida y con guiño a su autor. He traspasado el umbral que precede al mar de la tranquilidad, y he cerrado a cal y canto hasta dentro de dieciséis días.  

Una vez transcurrido ese plazo, dará igual que la llave la haya quemado, tirado al Pantano del Abismo o fundido a fuego lento. Con o sin la llave, la graciosa y gentil puertecita se abrirá con más fuerza aún si cabe, con la que la cerré. Me obligará a abandonar el Infierno o el Paraíso en el cuál haya decidido acoplarme y, entonces, inevitablemente volveré a la realidad ilógica de cada día.

Mientras tanto, desde mi descanso mar adentro, les deseo un feliz mes de Agosto. Coman, beban, ríanse de sus propias sombras y tengan el mejor sexo del mundo, pero sobre todo………..no se olviden de vivir y a ser posible sean felices hasta el infinito.

Les mandaré postales “on blog” desde mis mares.
Hasta la vuelta mis queridos amig@s.

P.D. Mi sincera enhorabuena (a la par que envidiada), para todos aquellos que este año han conseguido la llave que todo lo cierra. Les reservo un rinconcito en mi memoria y una invitación indefinida (con cañitas y risas incluidas) y agradecimientos miles, of course.

martes, 30 de julio de 2013

La frase tonta






“Y sé que vas a estar mejor cuando me vaya
Y sé que todo va a seguir como si nada
Mientras escribo sobre la arena
La frase tonta de la semana
Aunque no estés para leerla
En esta playa…”


                             La Quinta Estación






Palabras usadas, incluso mal usadas,
repetidamente y sin querer utilizadas.
Sacadas del diccionario, de diario,
realizan la frase tonta de la semana.

Palabras no rebuscadas ni ufanas,
sencillas palabras, simples y vanas
que intento evitar, borrar, olvidar,
y acaban en mi boca a desgana.

Palabras hoscas que arañan el alma
como papel inhóspito de lija, desmaña
con su roce el corazón y las entrañas,
minan la ilusión y derrotan la calma.

Palabras que súbitamente se esfumaron
de los registros recabados en el tiempo.
Remates de frases non gratas de cuentos,
desorden, abulia, desidia y agotamiento.


Navegando en derredor del Punto Nemo,

buscando Isla desierta me hallo.

lunes, 29 de julio de 2013

Was or will be



       Una vez en aquella vida fui así, yo era Ellie, la pelirroja aventurera que desafiaba todo lo habido y por haber incluida la Ley de la Gravedad. Una vez tuve esa casa llena de color y de vida y, ese buzón a la entrada que se distinguía del resto por nuestras huellas marcadas en él. 

       Aún recuerdo como le conocí, yo era una muchacha alocada de pelos alborotados y ojos verdosos que pretendía comerse al mundo como si se tratase de una tarta de nata y fresa. El era algo más apocado, torpe en algunos movimientos y tareas. Me encantaba bailar y cuando lo intentaba con él, recibía mis merecidos pisotones. Pero teníamos nuestro rincón lleno de luz, con nuestros mullidos sillones donde nos encantaba recostarnos para leer.


       Cuidaba de un huertecito que pusimos mientras el recogía los huevos recién puestos de nuestras gallinas y desayunábamos muchas veces viendo amanecer y recibiendo la brisa matutina. En los fríos, encendíamos nuestra chimenea y mi imaginación se desbordaba viendo consumirse el fuego aquel.

     Una vez viví así y fui Ellie. No sé si fue ayer o pasado-mañana, pero fui...soy....seré yo.


"Relato hecho viendo consumirse el fuego de mi chimenea en soledad.  Buscando a Carl"


miércoles, 24 de julio de 2013

Volverte a ver




"Volver a verte otra vez
con los ojitos empapados el ayer
con la dulzura de un amor que nadie ve
con la promesa de aquel último café
con un montón de sueños rotos
volver a verte otra vez .."

                        La Quinta Estación




Te hice una promesa el último día que te ví, tenía tan sólo ocho años y por razones que tan sólo los adultos entienden, nuestros destinos se separaban allí. Te había hecho mi amiga cuando aún eras un cachorro, te dí cariño y comida, te ví ser madre y te ví venir a decirme adiós el día que sabías que yo ya no volvería. Con lágrimas inundando mis ojos te abracé y te besé. Te prometí que volveríamos a vernos algún día. Desde ese día comencé a odiar las promesas, pues tú me enseñaste que las promesas generalmente no se cumplían.

Han pasado treinta y cinco años (8) desde áquel día. Me evadía fuera de Madrid y cerca de mi mar intentando descansar y encontrarme con mis aguas. Apareciste desde el primer día. Te miraba y me recordabas a alguien que no sabía ubicar. Tenías una oreja mordida, y eso te hacía diferente. Venías todas las mañanas y todas las tardes-noches. Te daba comida y mimos. Tu a cambio, dormías frente a mi puerta muchas noches y me sacabas cada vez que te veía, una amplia sonrisa. Volvía a mí sin darme apenas cuenta aquella niña que te hablaba mientras te acariciaba sin parar de sonreir.

No me dí cuenta hasta el día que me iba. De nuevo viniste a despedirme. Cuando apareciste y te quedaste allí hasta verme marchar, volvió a mi interior áquel corazón de niña encogido y triste. Me quedé mirándote largo rato, con las gafas de sol puestas para disimular las lágrimas que tantos años atrás no me importaba enseñar. Ahora ya sabía quién eras. ¡Qué torpeza la mía! cómo no me dí cuenta...

No te volveré a prometer nada, pero espero verte pronto, al menos antes de treinta y cinco años.  Mientras tanto te doy algo que me debía, un escrito para ti.

jueves, 4 de julio de 2013

Incandescencia canicular







De esa forma calentaba hoy a modo mi venerado astro solar. De la misma forma hoy ponía mis escamas en remojo y dejaba calentar mi cuerpo con su radiación según la Ley de Plank, eso sí, con mejunje pastoso que se declara en su formulario como "pantalla total". A saber cuánto de pantalla y cuánto de total tiene el potingue dichoso.

Recostada en la orilla, me dejaba salpicar de vez en cuando, por los críos que por allí aparecían. Nadaban a la par que jugaban entre la histeria y la furia, removiendo las aguas desde lo más hondo y sacándolas fuera de su lugar. Resultaba agradable recibir de vez en cuando, pequeñas gotas de agua repartidas casi por igual por mis escamas casi secas. Resultaba irritante hasta el hastío, tener que soportar la cantidad desmesurada de decibelios que intentaban colarse por mi oído.

Una vez remojada, me alejé de aquella algarabía para retirarme a descansar y, a dejar que esta incandescencia canicular termine su trabajo de secado vuelta y vuelta mientras me deleito de lo lindo sorbiendo mi refresco favorito de tinta
de calamar y leyendo un poco más sobre mis "amigos".

Bienvenido seas veranito a mi mar!


viernes, 7 de junio de 2013

El seis del seis




Ese fue el día que hice lo más importante en mi vida. El día en que hubo un punto de inflexión y la curva que crecía y decrecía se torció tirando así por el suelo todas y cada una de las ecuaciones hasta ese momento descifradas. A partir de ese eje, comenzó una curva ascendente sobre la cual comenzó a girar como una rueda, mi vida.  Empezaron a tomar sentido muchas cosas que anteriormente no lo tenían y empezaron a dejar de tenerlo, otra serie de cosas que hasta aquel momento se habían adueñado de la importancia. Ese seis del seis es lo único que volvería a repetir incesantemente si tuviese que volver a vivir una y otra vez lo vivido.

          Lo miraba como si fuese a gastarse y no pudiese verlo más.  Me parecía un milagro tener en mis brazos una parte de mí.  Sonreía y hacía que todo lo desagradable que me había rodeado hasta entonces desapareciese como por arte de magia.  El cómplice de mi vida había llegado justo ese día, y desde ese momento supe que todo o al menos casi todo, era posible.  Mi fuerza se multiplicó por más de veinticuatro para afrontar cualquier situación venidera. Ahora sabía que junto a él, todo sería más fácil y más difícil a la vez.

          Lleva trece años a mi lado. Trece años prácticamente solos, unidos, ayudándonos a superar todos los obstáculos. Trece años bañándome en su inocencia y él en mi experiencia. Aprendiendo de él cada día mientras le enseño lo dura e incomprensible que es a veces ésta vida que tenemos. Riéndonos de nuestra propia sombra a cada paso. Disfrutando de su compañía cuando le tengo a mi lado. Y aderezando casi todo con la sinfonía del buen humor, que se ha hecho imprescindible en nuestras vidas.

         Picasin ha sido, es y será el motor de mi vida. La fuerza necesaria para infligir movimiento cuando todo parece llegar a detenerse.  Mi compañero de fatigas, de risas y llantos. Mi hijo que no mi amigo.  Mi vida desde hace trece años. Todo eso es lo que celebramos cada año cuando llega el seis del seis.

Feliz Cumpleaños hijo mío.

viernes, 24 de mayo de 2013

Entre el adagio y el allegro


Bailaré,
cada vez que la vida me invite a hacerlo,
lo haré.
Siguiendo siempre el compás,
Con ritmo movido o  ritmo lento.
Asumiendo cada paso, cada tiempo.
Disfrutando al hacerlo de cada momento.
Cada vez que la vida me brinde
Realizar un battu y un grand jeté,
sin pensármelo un segundo,
bailaré.

Correré,
como corre veloz la gacela al viento,
coger fondo tan sólo es cuestión de tiempo.
Volveré a estar, volveré a ser,
sin conformismos ni doblegamientos,
y surcaré mis mares hasta mi punto Nemo.
Volveré a sacar mis pies, a calzarlos de nuevo,
a  fijar un objetivo, a alcanzar un sueño.
Y antes que llegue de nuevo el invierno,
correré.

jueves, 23 de mayo de 2013

Estación del adiós


"Muchas cosas cambian
muchas cosas se terminan
solo recuerdos quedan en tu mente confundida
en tu interior mi dolor
en el momento del adios
muchas cosas cambian
muchas cosas ya no volveran
todo eso pasa... cuando un amigo se va ..... "
                              Fuerte Apache



Nos has dejado aquí viendo tu marcha si poder dar marcha atrás. Nos has dejado con tu presencia en nosotros, en nuestras cabezas, en nuestra labor cotidiana. Con el optimismo que siempre pusiste en todas las cosas, hasta para decirnos que te ibas tenías una sonrisa en la boca. El último día que te ví, reconozco que se ensanchó mi alma al ver como dabas una vez más una lección moral a todos, pero también reconozco que el ensanchamiento acabó dando paso a una vasoconstricción dolorosa con lágrimas y mocos incluidos cuando ya no me veías. Me quedo con tus besos, con tus abrazos, tus sonrisas intentando superar el dolor que te batía y con la rabia de no volverte a ver. Nos has dejado, pero sólo te has ido físicamente porque en el fondo sigues aquí, cada día un poco entre todos.
No me voy a despedir de ti, porque sé que sigues aquí y sé, que algún día volveremos a vernos. Esto tan sólo es un viaje de tren con diferentes paradas, pero en el fondo, el destino final es el mismo. Como sé que desde tu nueva estación, vas a abrir el libro que todo lo ve y vas a leerme, te pongo un fragmento del relato que te regalé;
“Compañero de fatigas, la alegría recordada es lo que me queda de ti y, como ponía aquel día, no alegra. Desde la frialdad de éste plato combinado que hay en mi cabeza, hoy me quito el sombrero y me descalzo. Este va por ti maestro”.

domingo, 19 de mayo de 2013

Entre hoy y mañana




"Te voy a escribir la canción más bonita del mundo,
voy a capturar nuestra historia en tan solo un segundo.
Y un día verás que este loco de poco se olvida,
por mucho que pasen los años de largo en su vida".

                                                  L.O.d.V.G.











Le miraba y veía sus ganas de correr, de escapar. De buscar a mi amiga soledad para hacerla su amiga y ahogar sus penas y brindar por sus alegrías con ella, pero sin mí.  No quise sentir que estorbaba más de lo que ya lo hacía.  Me levanté como si mis piernas fuesen en ese momento ligeras, como si flotaran al caminar. De ese modo y con una sonrisa en la cara de oreja a oreja y entendiendo lo que pasaba por su cabeza y su alma, me despedí de su presencia dominical.

Volví después de dar un garbeo con mi pulpo, (animal de compañía), al sofá de mi anémona y entregué mis alegrías y tristezas a un gran vaso de refrescante cafeína, pues mi amiga y compañera de cada día, hoy había preferido irse con él.  Mientras mi pulpo devora incesantemente un hueso compactado de nadie sabe qué sustancia insustancial, yo enciendo mi chimenea y me dedico un rato a leer, un rato a escribir, un rato a coser, un rato a cantar y el resto de ratos a pensar con los pies descalzos.

Mañana comienza la semana, comienza mi jornada laboral, comienza el movimiento y sé que de nuevo mañana, mi amiga soledad habrá vuelto para estar conmigo. Junto con mi pulpo y mi Picasín, hacemos un buen conjunto y además entretenido.

Pero eso será mañana. Hoy te  voy a escribir al calor del hogar....