viernes, 1 de febrero de 2013

Encubierta abducción




"A nadie te aseguro me parezco 
a nadie porque yo soy diferente 
me juzgan duramente alguna gente
y yo solo les sigo la corriente..

Diferente si y muy diferente ..."

                                     A. Fernández










Cuántas veces han paseado por mi mar con enormes gafas, resoplando por el oxígeno adherido a la boca cuando las palpitaciones comienzan a subir por su garganta y no saben dónde colocar el débito producido por tanta salivación, cuando creen acercarse a lo que andan buscando hace tanto tiempo y no encuentran.

Les observo por la ventana de mi anémona, impasible.  Sé que no me pueden ver, lo sé de la misma manera que yo también lo aprendí de mis congéneres.  Ellos también están tranquilos, saben que de la misma forma, cuando yo soy la intrusa en sus confines, yo tampoco podré verlos a ellos. Tan sólo nos diferencia una pequeña cosa. Aunque no puedo verlos, puedo detectarlos junto a mí, hacen sin quererlo, esa molesta interferencia en mi sistema que acaba provocando esas cefaleas repentinas, bruscas y breves. Entonces sé que estamos cerca.

Tan sólo en los sueños es dónde acaba convergiendo todo. Los buceadores ven perfecta y nítidamente a las sirenas, y las sirenas acaban viendo impecablemente y con todo lujo de detalles a una parte de sí mismas a modo de encubiertas abducciones.

Bendita la cadena tan igual y tan distinta de ese ácido desoxirribonucléico amalgamado con trazas siderales interpuestas a modo y adrede por alguna razón.

Sea como fuere, es arriba como es abajo.......

2 comentarios: