miércoles, 27 de febrero de 2013

Nieva en mí

  


Mi ilusión no pasó
y me he dado cuenta
de que no te tengo y siento una ausencia
y es que he dado tanto y aún no estas aquí
trato de convencerte con mi arte a cuestas
no me canso de darte algo que a mí me llena
mi regalo es éste
ábrelo y disfruta”
                                      El canto del loco









 Nieva, en ausencia de todo. Junto a la ventana de mi anémona veo junto a mi perro la nieve caer hasta ir convirtiendo el azul de mi mar en un blanco paisaje que invita a salir y probarlo. Cuando era una niña tenía por costumbre salir, mirar hacia arriba con la boca abierta y los brazos extendidos, como si me fuese a comer toda la nieve que caía. Hoy el paisaje invita a contemplarlo tras el cristal arropada con la mantita de calamar  y saboreando un buen té.

   Anhelo esa imagen de ver nevar desnuda, envuelta en una manta frente al calor de una chimenea y el calor de otro cuerpo abrazado a mí.  Nunca he entendido porqué estos fenómenos producen en mí esta sensación pastelosa y cálida.

     El hecho en sí es que vuelve a nevar, sigo sin tener esa chimenea y ese calor corporal que me cubra mientras nieva.
Hoy está nevando.
Hoy no nieva en mí.


viernes, 22 de febrero de 2013

Desayuno de altura







Sin ropa, sin melena y sin calzar.
Así es como he decidido esta mañana salir a desayunar en las alturas. Con unas vistas que invitan a probar el abismo cuando se dirige la mirada hacia abajo buscando un final que no parece existir desde tan alto.

Las sábanas se han enganchado de mis hombros y se han venido hechas jirones tras de mí.  No querían perderse por nada del mundo un desayuno tan peculiar.

Tras echar una ojeada al panorama que me rodea , me tomo  con mucha tranquilidad el zumo de naranja a sabiendas que cuando lo termine, me tumbaré a reposar el copioso desayuno que me asiste , mientras me dejo acariciar por los primeros rayos de sol de la mañana.

Sinceramente, no se puede pedir mas.
Buenos días.

jueves, 21 de febrero de 2013

El café del comienzo



"Amiga mía:
Cualquier momento es bueno para el comienzo, hasta cuando se empieza por un café. Lo importante está tan sólo en saber aprovechar y saborear cada instante de esta vida que nos toca vivir."
                                                   Ana I.







Al final de aquella calle se encontraron, o fue realmente ella la que le encontró, o por el contrario fue él quién corrió a su encuentro.  De una manera u otra, acabaron los dos coincidiendo sin que existiera en aquel encuentro eso que se llama “casualidad”.
Solían parar por allí en los descansos del trabajo tomando café y charlando distendidamente, pero esta vez no era como las demás. Esta vez la coincidencia fue buscada, casi perseguida por ambas partes. El resultado del encontronazo dió como comienzo un silencio entre los dos. Se miraron sin decir nada sabiendo el uno lo que iba a acabar diciendo el otro y entonces el silencio se hizo dueño de la situación.  La incomodidad comenzó a palparse en el aire..
-¿Nos sentamos?- Interrumpió él, retando así al silencio reinante.
Ella había sido invadida por una súbita afasia de la que se veía incapaz de salir.  Asintió con la cabeza y tomó asiento.  Él se sirvió un café apercibiendose observado por ella en cada movimiento.  Cogió su taza con cuidado de no quemarse y tomó asiento frente a ella. Llevaba viéndola ya varios años en cada coincidencia del descanso, pero justo en ese momento la vió diferente. Sus pupilas se acabaron dilatando dando paso a una cálida y miope mirada.  Justo en ese momento, le pareció que estaba más guapa que nunca.
Ella se percató de aquel desenfoque visual  y un enorme escalofrío la invadió por cada poro de su cuerpo. Sabía lo que aquel día aguardaba tras aquella córnea cóncava vestida con su lentilla habitual.  Una parte de sí no quería que llegara y la otra parte ansiaba el momento crucial.
 Él habló..    -Me gustas…..mucho…..desde el primer día que te ví. Lo he …. Lo he intentado…. Pero no puedo luchar contra lo que siento cada día crecer en mí….y…. y no te pido una respuesta…..sólo……..sólo que lo pienses….-
Ella alzó su mano helada y con un dedo calló sus labios. El contagio del enmudecimiento fue instantáneo al sentir aquel trozo de hielo sobre su boca. La miró y aquella imagen fue lo último que vieron sus atropelladas córneas. Sus párpados cerraron el telón ante el beso interminable que ella depositó en su boca.
Lo que sigue, lectores míos, pertenece por completo a ellos dos.  Tan sólo hasta aquí puedo contarles, al resto tendrán que echarle imaginación…Mis protagonistas, por su parte, tendrán que echarles un par…que ya es bastante..

miércoles, 20 de febrero de 2013

Poema disonante

 "Traigo poesía disonante para decirte que,
no importa que no rimen estos versos,  
sólo lo que en ellos subyace,           
desde fuera y desde dentro.
Mientras lees levantaré mi cabeza         
desnuda, estiraré mi cuello                   
estaré esperando que me muerdas...
¡Bendito, maldito veneno!"








Mientras el miedo muerde mi mar, con M
Decidiendo disipar las dudas desprendidas, con D
Aparecen alejadas las astucias adquiridas, con A
Y se sumergen sepultadas las secuelas, con S.

Se despiertan los deseos de determinación, con D
Emerge  con  efervescencia la esperanza, con E
Zangoloteo en zambullidas zureando con Z
Y exhibo mi exigencia de enrolarme en equidad con E.

Escribo un encaje para embelesarte, embobarte y engatusarte
Susurrando y solicitando tus servicios socio-sexuales súbitamente
Postulando  las plegarias de las  paroxísticas pasiones
Y anhelando que el afán  de tu aspiración acabe en Amarme con A.

viernes, 8 de febrero de 2013

La nocturna cuenta atrás




Entre el delirio del insomnio obligado y la ingravidez de unas piernas que no saben si están posadas en el suelo o postradas en él, me hallo. Noctambulismo que acaba pasando factura de cuerpo entero y presente. Intento mantener el peso, pesado y cargante de mis párpados, y hago esfuerzos inconcebibles y espasmódicos para mantener los ojos unos minutos más abiertos a la fuerza.

En un rato podré disfrutar del calor de mi adorado edredón nórdico, envolviéndome como si de algodones se tratase mi desnudo cuerpo y abriendo paso desde mi mundo, a los mundos de Morfeo. Pienso en ese dulce momento y se me cierran los ojos mientras mis dedos aporrean las teclas del desarrapado ordenador que nos rodea.

Comienza la cuenta atrás, tres……..dos …………..uno………..

Querido lecho mullido y blando, coge firmeza en tus patas y tu canapé, que voy a acometer contra ti en unos minutos con todas mis fuerzas.
Buenos días-noches tengan ustedes mis lectores.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Sin máscara ni cartel

      


"A veces le mira como a un ser extraño
al que nunca pueda odiar.
Nunca fue difícil cambiar los afectos
ni una pasión grande por amor pequeño"

                              V. Manuel








    A veces la mira como si se tratase de un ser extraño y ella se siente sin querer o queriendo observada. No me siento diferente cuando se me antoja intentar averiguar que pasa por la cabeza de los demás en determinados tipos de situaciones. Y no me deja indiferente que ante acontecimientos parecidos, intenten colgarme un cartel que no me pertenece.

        A veces le mira y atisba en él, el rastro de una mirada displicente con un regusto amargo que pone los pelos de punta desde el interior. Entran las ganas de repente de esconderse, de salir corriendo o dejar de existir por un breve espacio de tiempo. Sorprendentemente, coinciden con unas ganas terribles de quedarse, de enfrentarse y luchar por lo que no se merece o lo que sí.

        Soy autocrítica hasta el hastío y generalmente reconozco cuándo estoy errando en mi proceder cotidiano. Me puedo equivocar y si lo hago, pido disculpas por el desacierto. Pero carteles que no me corresponden, no me los voy a dejar colocar.

Salud!

viernes, 1 de febrero de 2013

Encubierta abducción




"A nadie te aseguro me parezco 
a nadie porque yo soy diferente 
me juzgan duramente alguna gente
y yo solo les sigo la corriente..

Diferente si y muy diferente ..."

                                     A. Fernández










Cuántas veces han paseado por mi mar con enormes gafas, resoplando por el oxígeno adherido a la boca cuando las palpitaciones comienzan a subir por su garganta y no saben dónde colocar el débito producido por tanta salivación, cuando creen acercarse a lo que andan buscando hace tanto tiempo y no encuentran.

Les observo por la ventana de mi anémona, impasible.  Sé que no me pueden ver, lo sé de la misma manera que yo también lo aprendí de mis congéneres.  Ellos también están tranquilos, saben que de la misma forma, cuando yo soy la intrusa en sus confines, yo tampoco podré verlos a ellos. Tan sólo nos diferencia una pequeña cosa. Aunque no puedo verlos, puedo detectarlos junto a mí, hacen sin quererlo, esa molesta interferencia en mi sistema que acaba provocando esas cefaleas repentinas, bruscas y breves. Entonces sé que estamos cerca.

Tan sólo en los sueños es dónde acaba convergiendo todo. Los buceadores ven perfecta y nítidamente a las sirenas, y las sirenas acaban viendo impecablemente y con todo lujo de detalles a una parte de sí mismas a modo de encubiertas abducciones.

Bendita la cadena tan igual y tan distinta de ese ácido desoxirribonucléico amalgamado con trazas siderales interpuestas a modo y adrede por alguna razón.

Sea como fuere, es arriba como es abajo.......