jueves, 21 de febrero de 2013

El café del comienzo



"Amiga mía:
Cualquier momento es bueno para el comienzo, hasta cuando se empieza por un café. Lo importante está tan sólo en saber aprovechar y saborear cada instante de esta vida que nos toca vivir."
                                                   Ana I.







Al final de aquella calle se encontraron, o fue realmente ella la que le encontró, o por el contrario fue él quién corrió a su encuentro.  De una manera u otra, acabaron los dos coincidiendo sin que existiera en aquel encuentro eso que se llama “casualidad”.
Solían parar por allí en los descansos del trabajo tomando café y charlando distendidamente, pero esta vez no era como las demás. Esta vez la coincidencia fue buscada, casi perseguida por ambas partes. El resultado del encontronazo dió como comienzo un silencio entre los dos. Se miraron sin decir nada sabiendo el uno lo que iba a acabar diciendo el otro y entonces el silencio se hizo dueño de la situación.  La incomodidad comenzó a palparse en el aire..
-¿Nos sentamos?- Interrumpió él, retando así al silencio reinante.
Ella había sido invadida por una súbita afasia de la que se veía incapaz de salir.  Asintió con la cabeza y tomó asiento.  Él se sirvió un café apercibiendose observado por ella en cada movimiento.  Cogió su taza con cuidado de no quemarse y tomó asiento frente a ella. Llevaba viéndola ya varios años en cada coincidencia del descanso, pero justo en ese momento la vió diferente. Sus pupilas se acabaron dilatando dando paso a una cálida y miope mirada.  Justo en ese momento, le pareció que estaba más guapa que nunca.
Ella se percató de aquel desenfoque visual  y un enorme escalofrío la invadió por cada poro de su cuerpo. Sabía lo que aquel día aguardaba tras aquella córnea cóncava vestida con su lentilla habitual.  Una parte de sí no quería que llegara y la otra parte ansiaba el momento crucial.
 Él habló..    -Me gustas…..mucho…..desde el primer día que te ví. Lo he …. Lo he intentado…. Pero no puedo luchar contra lo que siento cada día crecer en mí….y…. y no te pido una respuesta…..sólo……..sólo que lo pienses….-
Ella alzó su mano helada y con un dedo calló sus labios. El contagio del enmudecimiento fue instantáneo al sentir aquel trozo de hielo sobre su boca. La miró y aquella imagen fue lo último que vieron sus atropelladas córneas. Sus párpados cerraron el telón ante el beso interminable que ella depositó en su boca.
Lo que sigue, lectores míos, pertenece por completo a ellos dos.  Tan sólo hasta aquí puedo contarles, al resto tendrán que echarle imaginación…Mis protagonistas, por su parte, tendrán que echarles un par…que ya es bastante..

4 comentarios:


  1. Eres una observadora con una gran

    sensibilidad , gracias

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  2. Mi querida Anónima,
    Vive, disfruta y saborea muchos cafés. Los momentos amargos ya se encarga la propia vida de ponérnoslos cuando se le antoja. Esto es un paseo, para unos más corto, para otros, más largo, pero único e irrepetible. Carpe Diem..

    Besos mil!

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  3. ¿Y usted sirena de las profundidades?¿También toma café?

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  4. Quien bien me conoce sabe que no creo en las casualidades, que cualquier comienzo que merece la pena debe realizarse y que ni preparo ni tomo café.
    Gracias por su lectura.

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