viernes, 17 de mayo de 2013

Obsesiva desconocida



"Se pintaba más que una puerta,
escuálida estaba, no paraba de fumar.
Se justificaba en sus adúlteras palabras
como necesidad de ser aprobada por los demás.
Obsesiva, como loca. Estaba loca de atar."

                                          F. Duardo





Estoy segura que conocen a alguna persona con algún tipo de obsesión, o dos…o mil, que haberlas las hay. Yo conozco varias, y lo más gracioso es que por azares de la vida, conozco las obsesiones sin conocer a la persona en cuestión (mal comienzo) porque algo así, por mucho que una se empeñe y se niegue a prejuiciar, lo acaba haciendo. Peor aún, si cuando te cuentan de la desconocida, acabas sabiendo que no sólo es dueña y señora de una, si no de unas cuantas. Mis prejuicios me alarman.
Obsesiva, sin saber hasta que punto compulsiva pero me apuesto la alpargata izquierda a que sí maníaca, de cabalgar por la vida como una desaforada.  Ahora cuentan que cabalga por los potros hospitalarios dando fuerza y trabajo a los pobres multiquísticos ovarios.  Satisface así, o al menos lo intenta una de sus múltiples obsesiones, y es que desde tiempo ha es sabido, que las drogas y el levantamiento continuado del cristal acompañado de cigarros extralargos y extrahorteras nunca fue bueno para el cuerpo. Eso sí, para las inseminaciones, fecundaciones y sobre todo para las obsesiones, estoy convencida que es lo mejor de lo mejor.
Loca de atar no, lo siguiente, es como se encuentra su pareja actual. Hartita de estar llenando frasquitos estériles a base de broncas vespertinas. No quisiera estar en su lugar. No me extraña que al final la gente acabe buscando urgentemente unas zapatillas bajo el sofá, se las ponga y acabe corriendo como si acabase de cometer un atraco. Me la imagino cuando llega la noche y sueña con batir los mil metros, lisos o empredrados.
Me han preguntado si quiero conocerla, sólo por gusto, por escucharla, por verla…..quizás me equivoco por hacer caso a mi intuición, pero prefiero no.  No creo que sea compatible  la tiranía con la resiliencia. Me quedo en mi anémona tomando mi té de buenos días y viendo llover en mi mar, que es mucho más agradable y placentero a la vista y al alma.
Tengan buen fin de semana.

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