lunes, 19 de mayo de 2014

Cuestionándome


"Si miré en un cajón pero no había nada 
si me quise esconder en medio de la nada 
si ya nadie me busca si ya nadie me encuentra 
si se acaba el camino me daré media vuelta 
si no hay pan para hoy Dios dirá mañana 
si no encuentro fronteras pero si aduanas 
si se marchó la suerte en la última jugada 
será que no llevaba las mejores cartas". 

                                                La Quinta Estación







¿Alguien conoce la sensación del frío interno mientras te abrazan?, de repente, todo lo que se había ido colocando con esmero en cada estante del alma, empieza a desordenarse, a desmoronarse. Acaba haciendo que aparezcan los interrogantes. ¿Estoy realmente viviendo lo que estoy sintiendo?. Aparecían de nuevo ante mí los fantasmas que me hacían nuevamente cuestionarme, intentar entender esta forma de vida, este camino.

Si no nos esforzásemos tanto en comprender la vida, todo sería una celebración; pero, ¿quién es capaz de no intentar comprenderla?  Yo no.  Y no porque eche la vista atrás con más asiduidad,     ( quizás tenga  más tramo por detrás que por delante, quizás no, pero ese tramo soy yo); no porque me sienta, que me siento, cada día más mayor, sino porque me siento yo.

Si no miro hacia atrás, aunque sea un contrasentido, tropezaré. Y, si miro sólo hacia atrás, tropezaré sin duda. Ahí está el callejón sin salida, donde conviven la tragedia y la comedía.

Y, de ahí, que procuremos dibujar e incluso a veces, desfigurar el pasado a nuestra conveniencia, para asirlo mejor y, al menos estar seguros de él, para acabar confundiendo lo que soñamos o imaginamos, con lo que vivimos. Es la mejor manera de contar nuestra historia como un relato claro.


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