"Si miré en un cajón pero no había nada
si me quise esconder en medio de la nada
si ya nadie me busca si ya nadie me encuentra
si se acaba el camino me daré media vuelta
si no hay pan para hoy Dios dirá mañana
si no encuentro fronteras pero si aduanas
si se marchó la suerte en la última jugada
será que no llevaba las mejores cartas".
si me quise esconder en medio de la nada
si ya nadie me busca si ya nadie me encuentra
si se acaba el camino me daré media vuelta
si no hay pan para hoy Dios dirá mañana
si no encuentro fronteras pero si aduanas
si se marchó la suerte en la última jugada
será que no llevaba las mejores cartas".
La Quinta Estación
¿Alguien conoce la sensación del
frío interno mientras te abrazan?, de repente, todo lo que se había ido
colocando con esmero en cada estante del alma, empieza a desordenarse, a
desmoronarse. Acaba haciendo que aparezcan los interrogantes. ¿Estoy realmente
viviendo lo que estoy sintiendo?. Aparecían de nuevo ante mí los fantasmas que me
hacían nuevamente cuestionarme, intentar entender esta forma de vida, este
camino.
Si no nos esforzásemos tanto en
comprender la vida, todo sería una celebración; pero, ¿quién es capaz de no
intentar comprenderla? Yo no. Y no porque eche la vista atrás con más
asiduidad, ( quizás tenga más tramo por
detrás que por delante, quizás no, pero ese tramo soy yo); no porque me sienta,
que me siento, cada día más mayor, sino porque me siento yo.
Si no miro hacia atrás, aunque
sea un contrasentido, tropezaré. Y, si miro sólo hacia atrás, tropezaré sin
duda. Ahí está el callejón sin salida, donde conviven la tragedia y la comedía.
Y, de ahí, que procuremos
dibujar e incluso a veces, desfigurar el pasado a nuestra conveniencia, para
asirlo mejor y, al menos estar seguros de él, para acabar confundiendo lo que
soñamos o imaginamos, con lo que vivimos. Es la mejor manera de contar nuestra
historia como un relato claro.
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