miércoles, 25 de febrero de 2015

Sólo sé que no sé nada







"No comment"










He soñado ,( y no sin querer ni por la providencia) , que al abrir el yogurt del cuento, miraba la tapa, y estaba rozando la fecha de caducidad. Abrumada y sin saber, una vez abierta la caja de sorpresas, he pensado(soñado) si volverla a cerrar con mucho cuidadito, intentando volver a pegar los bordes como si nadie lo hubiese tocado o, si conocedora de la venidera postrimería del postre en cuestión, debería tirar de la tapa sin miramientos, comerme el contenido del frasco cual Alicia en el Pais de los Desencantos,  y esperar a ver si crezco, menguo o desaparezco de la escena del crimen y aparezco en un nuevo cuento.

Siempre he preferido arrepentirme de las cosas que hago, más de las que no hago. Así que me he decantado por la segunda opción. Me he quedado sentada en el mar de cuadros y he tirado de la tapa hasta arrancarla.  He perdido el peluche de pelo blanco que me guiaba al revés, el reloj que se paraba cuando quería y los arrumacos de la rana. Obviamente el cuento tiene pinta de ser un galimatías más que otra cosa.

Con este desorden abstracto, me he despertado, con ansías irracionales de pintar “el cuadro no terminado” y pegar un patadón al aire.  El té de hoy está más frío que la hostia y la lengua anuncia su lenguaraz insolencia. Al igual que en el sueño, no entiendo qué coño ha pasado de repente y al mismo tiempo, lo veo todo claro y cristalino. No sé si me he comido el cuento o si el cuento me ha comido a mí. Lo que sí sé, es que hoy ya no es como cualquier hoy de antes, ni será como cualquier hoy de después. Hoy es el día que no me puse las gafas con las que ayer tuve el desagrado de contemplar lo que nunca quise haber visto.



Desayunando arcadas sentimentales desde el mar.

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