El bicho bola que tengo entre las manos,
se encoge igual en invierno que en verano,
le gusta estar abrazado a mis abrazos,
le gusta estar en mi ombligo acurrucado,
se encoge igual en invierno que en verano,
le gusta estar abrazado a mis abrazos,
le gusta estar en mi ombligo acurrucado,
Asoma por el
horizonte un simpático bichito, que amenaza con invadirme y someterme a sus
gracias intempestivas de ahora-fiebre, ahora-mocos y poder con J, el descanso
tan preparado que tenía a la vista.
Poniendo velitas ando, a ver si pasa de largo y no me ve. A
veces incluso, me arrastro, por si estuviese el muy retorcido, oteando por los
aires en busca de una boca abierta o una narina apetecible.
Estoy pensando en fumigar la estancia a ver si así fenece
el muy cabrito. A ver de dónde rayos ha salido, con estos calores acechando,
este bichito inmundo que por aquí anda pululando, lo noto aunque no lo veo.
Te mataré como sea, aunque tenga que emplear garrotazos de
amoxicilina al punto. Para descansar, lo que haga falta!.
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