miércoles, 4 de noviembre de 2015

Noviembre sin azúcar







Llegó Noviembre, esta vez a modo dietético y sin edulcorar. Perdió el dulzor con su entrada, brusca y sin avisar. Ni siquiera tiene un ligero sabor a mar. Es mucho más “light” que cualquier comida de esas tan divinas y perfectas para adelgazar. Así estoy, así voy, perdiendo peso a cada paso (falta me hacía) pero, una prefiere adelgazar con otros modos o métodos que, con el disgusto del sinsabor al masticar.

Es como comerse un filete lleno de vetas “inmasticables” (palabro que ruego a la RAE incluya), acaban haciéndose una bola imposible de tragar. Así me siento hoy y, además, sin saber qué hacer. Me lamento pero no actúo, pero es que tampoco sé cómo hacerlo. A veces, sale de mí esa parte impulsiva, se me pasa por la imaginación tirar por la calle de en medio y olvidar los destrozos que con ello pueda causar en mí y en los demás. Pero, sea porque estoy cansada de ser tan necia, sea porque ya la edad me va diciendo que hay cosas que no vuelven, sea porque he encontrado algo maravilloso, me parece inviable negar lo que quiero, tirarlo por la borda y volver a dar la vuelta al mundo, un mundo cada día más pequeño.

Voy a por el azúcar, no sé vivir en el mundo de lo amargo, del “sin-sabor” y del “sin-humor”. Ya vendrán Noviembres más dulces.



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