domingo, 31 de julio de 2016

Noche gélida de Agosto











Las tres y media pasadas, marca el reloj. Aquí estoy  una vez más, frente a la pantalla, aguantando el sueño y las ganas. A pesar de hacer una noche de verano en toda regla en el exterior, aquí nos encontramos a unos 16 grados centígrados. Me he hecho un nudo marinero entre una bata de quirófano y un foulard ,(improvisado). A pesar de todo, creo que utilizaré una manta que tengo a mano, a modo de poncho andino y, unas calzas rellenas de algodones como orejeras. ¿Puede hacer más frío?...siempre.

El té que realicé con agua hirviendo de la tetera, se ha quedado helado en cuestión de medio minuto. La tarta de chocolate semicongelada que traje para el postre, no hay cristiano que la reblandezca lo suficiente para hincar el tenedor en ella. A la hora de cenar, la sensación era de estar comiendo tortilla de patatas en bragas y, en medio de la estepa Siberiana.

¿Puede haber mayor dislate, que este desfase de temperatura ambiental?....Siempre. Miro el té de reojo, me incita a cambiar el sobre de azúcar por un sobre de amoxicilina. Que no se diga que a estas horas no hago prevención de la salud.  Pese a quien pese, en mi pueblo, esto es una amenaza al sistema regulador de la temperatura corporal en toda regla.

Para colmo los besos están lejanos y no llegan. Algo que a éste pez le haga entrar en calor a la luz infernal del foco que todo lo ciega.



Deseando ando, de quitarme los calcetines y poner mi cuerpecito al sol mañanero a ver si el culo entra en calor. 

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