viernes, 8 de julio de 2016

Y los sueños, ¿sueños son?

  


¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

          Calderón de la Barca





 Si tuviésemos que relatar los sueños que recordamos desde que tenemos uso de razón, realmente no nos acordaríamos de tantos. A pesar de ello, sería bastante aburrido para el lector enlazar sin cesar, uno tras otro con sus incongruencias oníricas. Hoy, se me ha venido de repente esta idea a la cabeza y, tengo que confesar, que he estado un buen rato partiéndome de risa rememorando algunos de ellos.

Si es cierto, que algunos se hicieron realidad, otros más vale por los dioses del universo que no se cumplan. Sólo pensar que me pasé por la piedra a Bisbal  (cosa que me revuelve hasta el infinito), que llegué a tener pene y no en la frente y varias chorradas más, mejor que se queden en la caja esa de “sueños que no deben cumplirse”.

El resto, si son buenos, son bienvenidos siempre. Aún estoy esperando soñar que me toca la lotería y, que se cumpla. Y los que pudieron llegar a ser, pero que tan sólo se quedaron en un sí pero no, pues que se le va a hacer. Peores cosas se perdieron en el camino. Lo que sucede, no sucede porque se fuerza la maquinaria sino, porque tiene que acabar sucediendo tarde o temprano. Así que yo, hecho el órdago a la suerte y, si cuela (siendo farol o no), me llevo el mus.


Mientras tanto, a la realidad de los zuecos fríos,  el té caliente  y los sueños libres. 

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