Estuve a punto de,
romperme hueso a hueso.
A punto estuve de,
lo que se dice muerto
Estuve a esto de,
colgar mi vida de un
¡Ay, ay!
Sólo a esto,
¡Ay, ay!
Por un beso, ¡ay!
romperme hueso a hueso.
A punto estuve de,
lo que se dice muerto
Estuve a esto de,
colgar mi vida de un
¡Ay, ay!
Sólo a esto,
¡Ay, ay!
Por un beso, ¡ay!
M. Bosé
Reniego de la poca consideración, de la falta de
comunicación y las malas maneras de hacer lo cotidiano. Me cuesta creer, a día
de hoy, que sigue habiendo personas capaces de cerrar los ojos y abrir la boca
con las manos, sin que la factura acabe pasando lista.
No me arrodillaré gratuitamente ante la evidencia de
abonarme sin pago ni gloria, al saludo de moluscums, candidas y papilomas
esperando la apertura de una puerta para, entrar sin avisar e instaurar el sin
vivir y el sin estar en mi vida, mientras la cabeza siga dónde está y me lo
permita. Para llegar hasta mí sólo hay una manera, preguntando a Peter Pan. Quien realiza esos viajes, sólo es para quedarse. Las idas y vueltas me marean.
No quiero formar parte de un intercambio multidisciplinar
de babas ni gusarapos que se presten. Cuando el raciocinio se impone como
fuerza imperial de una misma, acaba provocando nauseas intempestivas en el
razonamiento de lo aquí expresado. No hay peor declaración de intenciones que
la de engañarse una a sí misma. Prefiero la exclusividad con sus
inconclusiones, a ser un nombre en una penosa lista de espera. No se concibe de otra manera, en la testa de este pez.
A punto estuve de, formar parte de lo renegado.
Tomando té con Peter y sin Pan.
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