“Ella caminaba hacia
la mesa llevando una charola con dulces de yemas de huevo cuando la sintió,
ardiente, quemándole la piel. Giró la cabeza y sus ojos se encontraron con los
de él. En ese momento comprendió perfectamente lo que debe sentir la masa de un
buñuelo al entrar en contacto con el aceite hirviendo. Era tal la sensación
de calor que invadía todo su cuerpo que, ante el temor que, como a un buñuelo,
le empezaran a brotar burbujas por todo el cuerpo, Tita no pudo sostener esa
mirada y bajando la vista cruzó el salón hasta el lado opuesto aunque, de nada
le sirvió.”
Laura Esquivel
Ya llegó por fin el mes de Marzo a mi anémona y, con él,
las ganas, la inspiración y la primavera. Para celebrarlo, hoy me he dado un
homenaje entre fogones y he realizado, dos primeros, dos segundos y dos postres
para llenar mi despensa de ricas viandas. No hay nada mejor que, llegar de
navegar y encontrarse con la comida a punto para comer, si además, añadimos
ricos manjares, se convierte en un placer diario y se parece a la Master-Card,
no tiene precio.
Cual Tita en “Como agua para chocolate”, he ido poniendo en
cada plato un sentir y un estar. Espero que al paladearlos, los comensales
puedan sentir esas emociones (alegría, calma, deseo…), de igual manera. Ya les contaré, si alguno de los platos surte
el efecto deseado.
Ahora voy a darme un espumoso baño para saludar a mi mes, con
una copita de vino para resarcirme de un día tan productivo y agradable.
Con vino y con Marzo.
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