Trato
de sobrevivir, a esta vida que tengo y que es la mía, con toda la ironía que me
permite el sentido del humor.
Ahora
que camino de puntillas por miedo a equivocarme, por miedo a equivocar, deseo
no irrumpir en tus sueños; no al menos como protagonista de tu última pesadilla. Prometí estar tranquila pero no sé como voy a conseguirlo. Después
de desplegar en mi cabeza el mapa de todos los sueños, decidí volver a plegarlo. No acabo de calibrar la brújula que hoy se burla de mi rumbo sin sentido, ni el anillo que nunca existió en mis dedos. Intento tan sólo encontrar ese hueco acogedor donde asentarme y descansar tranquila y en paz.
Reconozco la ecuación presentada, error!, debo asentar
la base de mis pies o me equivocaré sí o sí. Debo volver a ser yo, a mi confianza
y mi sensatez. No puedo ser quien no soy y, quizá, ese es el miedo que anida en
mis sueños.
Si
supieras leer entre líneas aún sabrías mucho más de lo que ya sabes: que la
humedad que anida en mis huesos anhela tu calor interno, que no puedo esconder ante los ojos del mundo
que estás en mi corazón.
Que
te quiero rana.... que te quiero.
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