martes, 24 de marzo de 2020

Carta al listo de turno


   
Estaba claro lo que había detrás


Querido Superdoctor que adoctrina en las redes sociales a todo bicho viviente y que se autoproclama en sus discursos el representante de toda la Sanidad  Pública;
         Cuando comenzó con sus discursos graciositos hacia esa juventud que vivía ajena a lo que en la sociedad acontecía (no en este momento, siempre), nos hizo mucha gracia y con el lema de #quedateencasa subió como la espuma. Pero le recuerdo, que todo lo que sube baja.

         Cuando ya comenzó con sus discursos sobre “su”Andalucía, y el desprecio más que evidente que usted demuestra sibilinamente en las redes sociales hacia Madrid, le diré como Enfermera de UCI de la Sanidad Pública que, si se destina más material hacia Madrid que hacia Andalucía, será porque aquí triplicamos y cuadruplicamos la tasa de covid-19 que ustedes tienen allí para nuestra desgracia. Que salir diciendo alegremente que “para qué queremos más respiradores” es harto insultante y más decir que no hay personal para trabajar. Y para rematar la guinda del pastel, abre la boca bien grande para decirnos que en Madrid nos vamos a morir TODOS. Perdóneme usted, han muerto ya muchas personas (le aseguro que vivo la desolación de esto día a día) y seguramente mueran más, de ahí a que “vamos a morir todos en Madrid” va a ser que NO. Como le puse en su Instagram, le invito a que deje de coronarse gurú de la Sanidad porque le aseguro que a una gran mayoría del colectivo NO NOS REPRESENTA en lo más mínimo con esa falta de respeto a la hora de hablar.
De paso, le invito a hacer un recorrido hacia atrás en el tiempo y antes de llamar ASESINOS a los políticos que tenemos actualmente, piense como debería usted nombrar a todos aquellos que desmantelaron la Sanidad Pública, se embolsaron millones de euros de la misma para financiar sus partiditos políticos, nos robaron una paga de nuestro sueldo para rescatar al banco que repartía tarjetitas black  para sus amiguitos y engañaba a una gran parte de la población anciana con las putas preferentes. Cerraba CINCO MIL CAMAS, DESPEDIA 2500 MEDICOS Y MAS DE 3000 ENFERMERAS. Todo eso no aparece nunca en sus discursitos rellenos de inquina. A lo mejor es que después de eso y el saqueo a las arcas públicas, les tenemos que dar las gracias porque nos han dejado en una situación cojonuda para enfrentarnos a un problema de esta índole.
Sinceramente, empezaste cayéndome bien y la realidad es que no me haces NI PUTA GRACIA. Que te hayas puesto seudónimo de superhéroe sanitario ya me dice bastante, pero te aseguro que no lo eres por muchos seguidores que tengas, aquí héroes somos todos, llegas tarde para colgarte medallitas de supermédico ingenioso y graciosico.
Bastante tenemos ya con lo que acontece, la gran mayoría de tus compañeros curran y sufren y no salen todos los días en las redes diciendo burradas por su boca y te aseguro que hablar sabemos todos un rato.
Así que, después de todo, le borro de mis redes sociales porque no necesito a estas alturas de mi vida que un simpatizante del señor Abascal venga a darme lecciones de vocabulario pueril.

Con té de quedarme agusto.





viernes, 20 de marzo de 2020

A mi hijo


      

    
  Sé que si lo hacemos juntos, todo puede ser posible,
sólo si lo hacemos juntos.
2008, Sierra de la Culebra


        No puedo dormir, me desvelo últimamente en mitad de la noche, sin pesadilla alguna, simplemente es desvelo. Mi cabeza empieza a girar enloquecidamente, se me agolpan recuerdos, buenos y malos. Se acaban mezclando con lo vivido ayer o anteayer, con lo que acontece. Todo acaba formando una maraña tal, que volver a conciliar el sueño se hace harto difícil, imposible. Esto se une a mi trabajo, actualmente agotador y se remata con la falta de afectos físicos. El resultado es un bajón emocional considerable y obvio.

         Y, cuando regreso a mi anémona, veo que no estás. Que justo cuando comenzaban los problemas, decidiste y, tristemente para mí, tu decisión fue la de no quedarte aquí. Y, a lo mejor, es la más acertada por tu parte, nunca lo sabré, lo que sí sé es que yo lo di todo por ti, hasta lo que no tenía. Quizás ese fue mi error, tampoco lo sé. Pero en mi maraña vespertina, aparece también la idea de que a lo mejor ya no te vuelva a ver y la angustia entonces se instala en lo más profundo de mi alma y pienso que no me despedí de ti cuando te fuiste porque ya no nos abrazábamos por prevenir.  Y cada día hago el mismo ritual, de entrar a tu cuarto a abrazar tu almohada, esa almohada que en tiempos ha fue mía y que ahora huele a ti como si estuvieras y, lloro con un desconsuelo que quizás no tenga sentido, pero que no puedo evitar. Miro el teléfono para ver los quinientos veintitrés mensajes de chorreces al día pero no apareces en ninguno y entonces borro casi todo y a veces sin mirar. Luego me pongo mi armadura y regreso a la lucha diaria, estoy en primera fila de batalla, es muy fácil errar y que el enemigo acabe venciéndome y, tan sólo una cosa me mantiene en pie luchando sin parar después de no dormir, volver a verte.

         Cuando llega la noche, sigo pidiendo, (como cada noche desde el día que naciste), a las estrellas que te protejan cada día, doy un achuchón a mi mascota que es el único ser vivo al que puedo achuchar y vuelvo a intentar dormir sin conseguirlo. No sé cuánto durará esto, ni siquiera sé cuántos seguiremos aquí. Y, sí, sé que tú piensas que esto no es para tanto, yo también tuve tu edad y creía que a los míos nunca les tocaría. Esa no es la realidad y a mí me lo demostró la vida, con tan sólo veintiocho años me quedé sola, me arrebató de un plumazo a todos mis seres queridos y hasta ese momento, no fui consciente de la realidad. La factura de vida que se va a cobrar, no va a ser ninguna broma. Sólo sé que me falta el motor que movía mi vida, la D con la que la suma (A+D) siempre daba uno. Me siento cuasi-vacía inmersa en una lucha de descontrol y desenfreno. Y no debo, sé que no debo, pero sigo dando vueltas a porqué, llegado el final, me encuentro aquí sin ti. Quizás nos vamos como venimos, y así sea como deba estar. Quizás contigo acabe ablandándome tanto que no valga para luchar. Quizás sea verdad eso que dice ‘lo que no te mata, te hace más fuerte’. Tampoco lo sé.

       Sólo espero despertarme un día, abrir la puerta de tu habitación y verte como duermes, volver a cerrar y volver a presenciar una sonrisa en mi alma. Nunca sabrás cuánto te quiero.

Sin té de tener-te, con tu chocolate de kit-kat y con pañuelos.




lunes, 16 de marzo de 2020

No está el horno para bollos



   Agotamiento; “Dícese del gasto o consumo total de algo”
                          “Cansancio extremado”.

         Esa es la palabra de cada día al terminar mi jornada laboral, agotada de tanta tensión que acumulo y guardo mientras me muerdo la lengua todo lo que puedo, a veces hasta que sangra, por no decir todo lo que en ese momento me pasa por la cabeza. Por no llorar todo lo que en ese momento me saldría del alma.

         Que nos han castigado está claro, por egoístas, irresponsables e insolidarios. Y, ahora de repente, cuando nos quitan casi todo y nos encierran en casita, (algunos rodeados de muros de papel higiénico), es cuando empezamos a ser conscientes de lo inconscientes que hemos sido SIEMPRE. De lo mal que lo hemos hecho casi todo y de que toca POR FIN el tiempo de unirse, de la solidaridad mal que les pese a muchos, de arrimar el codo aunque sea desde lejos y dejarnos de tantas gilipolleces.

         Toca priorizar y por fin nos acabamos dando cuenta MENOS MAL, que la SALUD es lo primero y si es lo primero de la pirámide a la hora de vivir, tendrá que ser lo primero para TODO. A ver si empezamos a tener más cabeza a la hora de repartir presupuestos y priorizar por las armas, los señores políticos, monarcas de pegote para rellenar revistas, pateadores de pelotas ‘megatatuados’ de estupidez y gilipollas a los que encerrar en un islote para que se maten entre sí a base de pasta, y no de la comestible precisamente.

         Vamos a dejarnos de chorreces carpetovetónicas que ya, en el siglo veintiuno no hacen ni pizca de gracia, y vamos a ponernos a lo que toca, y lo que toca es ser responsable e intentar hacer lo mejor posible las cosas. Si lo hacemos bien (o al menos intentamos hacerlo lo mejor que podamos), todo acabará saliendo bien.

         Yo, recluida en la anémona me hallo, tan sólo saldré de las aguas para ponerme los zuecos y arrimar el hombro hasta acabar agotada y regresar. Es lo que toca y hasta que me dejen irme a descansar al Punto Nemo, aquí estaré en primera línea de batalla junto a mis compañer@s de fatigas, tod@s para un@ y viceversa.

Con té y cogiendo fuerzas