domingo, 4 de septiembre de 2016

Las aguas del mar


No me dejas ni siquiera imaginar
un instante, un segundo
y así te vas, vuelves  y te vas
te vas y sales de mi mundo
Yo se que miras, eres Alicia en el jardín
con la daga en la mano
sabes mi amor, que voy a morir
si tu te acercas demasiado
Con las manos tocas, con los ojos miras
pero el fuego es un fuego sagrado
y las aguas del mar
son las aguas del mar...


                                                                                                                                     Fito Páez






Esperar algo de alguien que no está dispuesto a dar nada más que lo  preciso y necesario para sí mismo, significa estar perdiendo un tiempo valioso. Puede que tras la espera, nada llegue o, lo que acontezca sea tan empobrecedor que no haya merecido la pena.

Fue una gran idea instalarme aquel botón del ingenioso Mr. Chairman y, poder accionarlo cuando es preciso aplicar la razón ante todo. De repente se aclara la vista, como si hubiese pasado por ella un fugaz limpiaparabrisas. Te ves rápidamente al otro lado de la pista y, te das cuenta de cuan estúpida situación acontecía.

Reniego de las esperas y del gasto inútil de energía. Prefiero cambiar el chip y dejar de ser tan jodidamente correcta en situaciones que no lo requieren ni lo merecen.
En las aguas del mar, es inútil tratar de sobrevivir si no tienes agallas ni aletas. Si algún día decides bajar, cómprate unas antes de fenecer entre mis brazos porque, no tendré piedad.


No soy quien no puedo ser.

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