martes, 14 de febrero de 2017

Onomástica con falsete y redoble.




Volvemos a las andadas un año más y, vuelta con el Santo Valentín y, vuelta con las fechas que tanto me sacan de mis casillas. No me puedo quejar como ha comenzado el día. Nada más llegar a trabajar, ya me estaban concediendo la salida por ser una de más en plantilla, así que, tal y como me he puesto los zuecos, me los he quitado de un plumazo y he salido corriendo, sólo por eso daré gracias al Santo.

Eso sí, en la horita corta que he durado allí, me han preguntado unas cuantas veces ( como cien..) qué me han regalado, que si no sabía que hoy era el “día de los enamorados”… Por Diosss con todos sus santos juntos, no hay frase que peor me suene que esa, el día de los enamorados, tócate los cataplines a dos manos…Con todos los años que tenemos ya encima y seguimos con estas ñoñeces sentimentales a golpe de billetera, "te regalo un diamante que te cubra los cuernos"... Me dan unas nauseas matutinas que me dejan el cuerpo del revés.

Caminito a la anémona, me pregunto si realmente piensan lo que dicen o, es sólo paripé barato. No podría soportar que alguien venga con un regalo bajo el brazo un día así, porque lo dice el Corte Inglés y porque lo que dice va a misa y, si no compras el puto brillante es que no sabes lo que son las cosas del querer ni de lejos. Yo las sorpresas las doy porque las siento y cuando quiero, no cuando me mandan porque ha tocado la dichosa onomástica de turno.

Clarito y conciso lo tengo, que quién días como este se rebaja a la obligación monetaria, no sabe lo que significa la palabra amor ni en lo más básico de su esencia. Eso sí, que no quede, mis felicitaciones a los comercios por venderse tan bien, a ver cuándo inventen el “día de los pringaos” qué coño se compra la gente.


Con té y sin condescendencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario