martes, 12 de marzo de 2013

Aires revueltos






"Queda, sólo el silencio, que hace
estallar la noche fria y larga
la noche que no acaba
Sólo eso queda...

Queda un gesto amable para no hacer la vida
insoportable y así  ahogar las penas,
Sólo eso queda...


Frente a frente bajamos la mirada
pues ya no queda nada de que hablar
nada... "


                                             Jeanette







Cada mañana, cuando suena el despertador que me anuncia que la tarea vuelve a comenzar,( al igual que lo  hace de vez en cuando alguna noche), me pongo en pie teniendo cada día más claro que a partir de ese momento, comienza mi jornada laboral . Suelo mojar mi cuerpo en el agua horas antes de empezar. A veces se hace necesario volverme a mojar de nuevo al volver a mi mar para aliviar las tensiones retenidas y olvidar las horas ya pasadas.

En los últimos tiempos, el baño se ha incrementado considerablemente, de la misma forma y progresivamente lo ha ido haciendo el ambiente laboral que cada día me rodea. La tensión se mastica en el aire, revuelto hasta sus confines. Basta una mirada no querida en ese momento o una gracia mal avenida para que la bomba estalle. A pesar de todo lo intento y sigo cada vez que puedo sonriendo, a pesar de los pesares por supuesto. Soy consciente que muchos compañer@s  me miran como a un bicho raro sin entender como puedo seguir manteniendo un mínimo grado de humor en estos tiempos tan revueltos.

Cada día lo tengo más claro. Llego, comienzo mi jornada laboral, intento que pase lo mejor posible, de la misma forma que intento pasar todo lo desapercibida que se puede pasar. Cumplo con mi horario matinal o nocturno, recojo a toda prisa y cierro la puerta cerrando tras de ella todo lo que queda allí dentro. Me autoprohibo a mí misma darle a mi cabeza la más mínima vuelta de tuerca sobre cualquier asunto que allí haya quedado por turbio que haya sido. Sin más...olvido.

Esta noche vuelvo de nuevo a los aires enrarecidos.  Desaires, gritos, insultos entremezclados sadícamente disparados, mandatos que a veces rozan el umbral del maltrato.....Se agradece ver entre tanto revoltijo, una voz agradable, una sonrisa cómplice y un abrazo sincero. Este escrito va dedicado a tod@s  esas personas que son mis amig@s  cuando estamos fuera de allí.  Desde este blog en mi mar, os animo a que sigais siendo como sois. A que, a pesar de las circunstancias no cambieis nunca. Y a que sepais a pesar de no hacer falta rubricarlo, que me tenéis cada vez que necesiteis de mis manos para apoyaros en el vendaval.

Deseos de ánimo y cariño incondicional en ésta vorágine institucional.



No hay comentarios:

Publicar un comentario