miércoles, 24 de octubre de 2012

Caída sin botas




















Hace unas horas, la subida por la montaña de mi vida se las prometía muy felices. A mi disposición, casi siete días, ( restando una noche) para ir avanzando en la escalada. He notado que entraba ya en terreno de alta montaña pues la temperatura ha empezado a descender a la par que la mía. 


He pasado de ir pisando en firme a terrenos arenosos y rocosos. Mi bastón de caminata ha cedido al fuerte alarido del viento. Habría podido agachar la cabeza como un avestruz e intentar seguir subiendo en contra del temporal que se avecinaba. No he querido. He soltado mi bastón y me he dejado caer.
Una caída rápida y tarda y pausada a la vez. Vista desde fuera, se podría reducir a un segundo y medio la tardanza de mi culo en tocar el suelo. 


Contemplado desde el interior, el tiempo suficiente para pasar por delante de mi una determinada cantidad de imágenes a modo de film que me llevan a este despeñamiento. Es lo que tiene esto de caminar sobre la cuerda sin red, la caída no está siempre asegurada, pero cuando te caes, te caes en serio.


No es la primera vez, ni será la última, lo sé. Es lo que tiene este camino mío, que a veces es llano y liso y a veces se convierte en un terreno abrupto y escabroso, y una, no lleva siempre las botas adecuadas a la ocasión y las escamas no se adaptan a cualquier lugar. Intentaré comprarme unas que se puedan acomodar a la situación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario