domingo, 28 de octubre de 2012

No sé quién

“Me muero por explicarte
Lo que pasa por mi mente,
Me muero por intrigarte
Y seguir siendo capaz de sorprenderte,
Sentir cada día
Ese flechazo al verte,
Que mas dará lo que digan
Que mas dará lo que piensen
Si estoy loca es cosa mía
Y ahora vuelvo a mirar el mundo a mi favor,
Vuelvo a ver brillar la luz del sol.

                                                                                                                Alex Ubago

 

 


Presencié en primera persona del singular y acompañada, cómo el dolor hizo su aparición una vez más sin ser llamado para terminar de abrir de pleno y de plano la pequeña fisura que a nuestros pies asomaba. Entró, no sé cómo y en el fondo lo sé perfectamente. El caso es que entró hasta el cuarto del fondo y empezó a ejercer su fuerza contra las paredes de aquel arañazo que ya habíamos acariciado con las uñas más de dos veces. Las paredes de la grieta se iban separando y el desgarro producido se reflejaba en cada fibra muscular contráctil. El dolor daba paso a la rabia y la rabia giraba la llave de las lágrimas y, las lágrimas entumecían los ojos hasta hacerlos sensibles a la claridad y, la oscuridad abría la puerta que portaba el cartel de «no pasar». Aún así, la abrimos y nos acabamos asomando a la nada, al vacío.


 No sé quién agarró a quién en el borde del precipicio y volvió a cerrar. No sé quién fue capaz de girar la llave del lacrimal y la tumefación ocular comenzó a ir cediendo. No sé quién consiguió dejar de lado a la rabia y su desaparición se llevó tras de sí lentamente el dolor que latía.


 Sólo sé que nada más existe una cosa capaz de mitigar cada momento amargo, cada intento fallido de lesionar lo nuestro y cada sinrazón…….El amor……nuestro amor.

 

                                                                                                                     26 Septiembre 2012

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